martes, 3 de junio de 2014


Orquideas del Machu Picchu en Época de lluvias
        

Una de las fabulosas áreas del planeta donde podemos ver orquídeas silvestres sin hacer prolongadas caminatas ni transcurrir muchos kilometros sin que visualicemos una planta de orquídea, es la región del centro de Perú, donde comienza el área denimonada Amazonía.
Machu Picchu se eleva en la provincia de Urubamba, departamento del Cusco, en la región centro sur del Perú, en los 13º 09` 50” Latitud Sur y 72º 32` 14” Longitud Oeste.
Su clima es relativamente templado todo el año, bastante húmedo y lluvioso desde noviembre a marzo. La temperatura mínima anual varía entre los 8º a 11º C y posee una temperatura máxima anual que varía entre los 20º a 26º C. Esto es debido a que la zona de Macchu Picchu-Aguas Calientes (su pueblo más cercano para pernoctar, a 5 kilómetros) se posiciona entre los 2460 metros s.n.m. y los 2040 metros s.n.m. respectivamente.  Muchas orquídeas que son halladas silvestres en la parte superior del Macchu Picchu y Wayna Picchu (las 2 montañas que ofician de centinela de la Fortaleza) también son halladas en cultivo en la zona de Aguas Calientes sin que esta variación de altura les afecte.
 Machu Picchu esta enclavado en una ceja de selva amazónica en una altitud media de los 2300 mts. sobre el nivel del mar. La conformación geográfica del relieve es bastante accidentada, con numerosas quebradas y cursos de agua de origen glacial que vierten al río Urubamba, el cual luego dará origen al río Amazonas. El río Urubamba se origina en el sur de Perú, cerca de Puno.



Junto con los más de 90 géneros de orquídeas terrestres y epifitas que encontramos asociadas a bromelias, begonias, helechos y puyas, la mayor parte del área esta constituida por una vegetación herbácea, arbustiva y arbórea.

 Cada ladera o camino hacia el Machu Picchu posee características particulares que permiten que algunas especies de orquídeas solo se hallen en ciertas posiciones gracias a la temperatura, grado de humedad y exposición al sol o a los vientos; otras están adaptadas a diferentes combinaciones de estos factores y permiten ser halladas en diferentes pisos de altitud y condiciones climáticas. La carretera Bingham y el sendero para peatones que permite arribar a la entrada de la Fortaleza de Machu Picchu, es la mejor opción para constatar esto dicho.
La temporada de mayor floración de las orquídeas del Machu Picchu coincide con la temporada de lluvias, que comienza en noviembre y se extiende hasta marzo. Estos 5 meses son extremadamente húmedos durante todo el día; con breves apariciones del sol o cielo despejado que no dura más de 3 o 5 horas especialmente cuando comienza el crepúsculo, a los cuales continua una nueva tanda de lluvias no intensas pero si persistentes. Usualmente las lluvias cesan o paran a la noche, para reanudar su actividad en la medida que asciende la temperatura durante la mañana y especialmente durante la tarde. Los arroyos y ríos locales favorecen con su elevado caudal que ocurra más evaporación de los cuerpos de agua que circulan por la región.
Como ocurre con otras regiones naturales, no todas las flores de las orquídeas se presentan abiertas en el mismo instante, ni duran la misma cantidad de días: vamos a encontrar que muchas duran abiertas entre 15 a 20 días (la mayoría de los géneros y especies); otras van extendiendo su floración a lo largo de varios meses (es el caso de los Epidendrum y Prosthechea); mientras que otras apenas duran un día abiertas, pero nuevos pimpollos vienen abriendo en los días siguientes (es el caso del genero Sobralia, muy bien representado en el área de Machu Picchu).
Existen muchas leyendas quechuas asociadas a las orquídeas de esta región. Una de las que más conocemos se refiere a Epidendrum secundum, una orquídea muy difundida en cultivo de varias regiones por su facilidad de desarrollo y floración. Es conocido en Machu Picchu como “Wiñay Wayna” que significa Por Siempre Joven. También es el nombre que se le da a los restos arqueológicos que fueron hallados en esta zona peruana algunos kilómetros antes de llegar a Macchu Picchu siguiendo el Camino del Inca. Garcilaso de la Vega escribió que la nobleza Inca utilizaba a esta flor como una insignia militar.
Otra leyenda quechua del siglo quince, cuenta que una de las princesas del Inca había quedado prendada de la belleza de uno de los jóvenes oficiales del ejército del Inca. Enterado este, desaprueba la relación y lo manda a ejecutar. Pero la princesa intercede para que le perdone la vida a su amante. El Inca, Hijo del Sol, le perdona la vida pero lo envía a un pequeño destacamento para apaciguar en una zona rebelde en el interior de la selva amazónica, difícil de que regrese con vida. Al enterarse la doncella de tan drástica decisión corrió tras las huellas de su amado llorando desconsoladamente. Y dice la leyenda que en la floresta donde caían sus lágrimas brotaban unas bellas flores. Desde ese día a las flores de esta especie se les conoce como orquídeas Waqanki. Este nombre significa justamente Lágrima y hace referencia a la especie Masdevallia veitchiana.

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